como dos animales
por instinto, tan normales
nos queríamos sin
recobrar el aliento
entre beso y calada
bocado y chupada
yo no necesitaba
ni la piel ni los huesos
ya pudiera arrastrarme
a los pies de tu cama
de no poder más
y querer
o llegar con el hambre
de una semana
ni cena ni hablar ni café
para qué(continúa en el próximo borrón)
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