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20/10/10

Costabravísimo, sueco y de otro siglo (2)

SIGLO XVIII, ROCOCÓ Y TURISTAS SUECAS
DE PASEO POR LA COSTA BRAVA

EL AMOR MARIPOSA

Viendo el Amor un día
Que mil lindas zagalas
Huían de él medrosas
Por mirarle con armas,
Dicen que, de picado,
Les juró venganza,
Y una burla les hizo,
Como suya, extremada.
     Tornóse en mariposa,
Los bracitos en alas,
Y los pies ternezuelos
En patitas doradas.
     ¡Oh! ¡Qué bien que parece!
¡Oh! ¡Qué suelto que vaga,
Y ante el sol hace alarde
De su púrpura y nácar!
     Ya en el valle se pierde,
Ya en una flor se para,
Ya otra besa festivo,
Y otra ronda y halaga.
     Las zagalas, al verle,
Por sus vuelos y gracia
Mariposa le juzgan,
Y en seguirle no tardan.
     Una a cogerle llega,
Y él la burla y se escapa;
Otra en pos va corriendo,
Y otra simple le llama,
     Despertando el bullicio
De tan loca algazara
En sus pechos incautos
La ternura más grata.
     Ya que juntas las mira
Dando alegres risadas
Súbito  Amor se muestra,
Y a todas las abrasa.
     Mas las alas ligeras
En los hombros por gala
Se guardó el fementido,
Y así a todos alcanza.
     También de mariposa
Le quedó la inconstancia:
Llega, hiere, y de un pecho
A herir otro se pasa.

Juan Meléndez Valdés

1 comentario:

Manolo Arana dijo...

dios, eso es una literatura comparada y lo demás son tonterías. pero a mí de meléndez valdés lo que me pone palot es esto:

Cuando mi blanda Nise
lasciva me rodea
con sus nevados brazos
y mil veces me besa,

cuando a mi ardiente boca
su dulce labio aprieta,
tan del placer rendida
que casi a hablar no acierta,

y yo por alentarla
corro con mano inquieta
de su nevado vientre
las partes más secretas,

y ella entre dulces ayes
se mueve más y alterna
ternuras y suspiros
con balbuciente lengua,

ora hijito me llama,
ya que cese me ruega,
ya al besarme me muerde,
y moviéndose anhela,

entonces, ¡ay!, si alguno
contó del mar la arena,
cuente, cuente, las glorias
en que el amor me anega.